lunes, junio 25, 2007

La dona me dona Madonna

Resulta difícil de creer, aunque muy grosero de imaginar, toda esa charla que íntimamente entablan los 2 cuando se encuentran repentinamente en la fugacidad de la espontánea realidad, siempre en lujurioso revolcón ha de terminar.
Ella habla con el autor.
A ella le encanta hablar de sexo, a el le gusta más hacérselo.
Platica sobre sus nuevos proyectos, el sobre viejas prospecto.
Dice que nunca le gustó como besan ni Britney, ni la Aguilera, el le recuerda todos los momentos juntos en la regadera.
Ya peda de tanto mar, sol y arena, le pregunta si de verdad la había extrañado ¿ ?
Le responde (bajando lentamente el cierre), claro reina, como tu nadie me la ha mamado . . .
Resulta en verdad irrelevante la polémica disputa entre si es una gran artista o una habilidosa, libidinosa, grandiosa y talentosa puta; porque para el autor es y seguirá siendo la majestuosa musa oculta.