domingo, julio 11, 2010

Sudáfrica

Los 4 años de espera terminaron, las futboleras expectativas emocionaban en aquella festiva inauguración, aquella en la que Shakira moviéndose tal y como ella lo sabe hacer, cantaba el latoso waka waka canción oficial del torneo; tema que por cierto el autor considera, que debió haber sido cantado por una artista Sudafricana que ofreciera una más autentica representación de la región. Pero bueno ya conocemos como se las gasta la Fifa con eso de los intereses monetario$. Empezaron los primeros partidos de la ronda de grupos, la mayoría cerrados, tensos y trabados. La emoción por ver partidos con muchas llegadas a las porterías tuvo que esperar hasta la segunda ronda.
Un equipo mexicano sin pies ni cabeza, que había avanzado la etapa de grupos a duras penas y con muchas incógnitas, y como e
n el mundial pasado, se enfrentaba otra vez contra Argentina. La historia ya la conocen... 1-3.
Los errores de los porteros y el
afamado efecto Jabulani fue el pan de todos los días. Una extraña pelota, hecha de plástico, que hacía unos impredecibles efectos en el aire se volvió un enorme problema para todos los arqueros del torneo. Fue tan polémica la situación que hasta físicos e investigadores de la Nasa afirmaron mediante prácticas de campo la inestabilidad del esférico. El peor balón que se ha usado para cualquier campeonato, se tuvo que venir a usar en el evento más importante del futbol.
El primer mundial que se jugaba en África, supondría que los equipos de ese continente, motivados por el apoyo de su gente (y de los árbitros) incrementarían su nivel de juego y podrían llegar a instancias nunca antes alcanzadas por cualquier escuadra africana. La realidad no ocurrió así, ninguno, salvo Ghana, clasificó a octavos de final, además Sudáfrica se convirtió decepcionantemente en la primera selección anfitriona de un mundial en no avanzar de su grupo. Italia y Francia, los flamantes campeones y subcampeones, no se quisieron atrás dando más sorpresas negativas. Tampoco avanzaron, evidenciando mucha apatía y una gran falta de disposición por el juego con una extensa lista de problemas internos.
En contraste Nueva Zelanda, a quiénes se les consideraba uno de los equipos candidatos para quedar en último lugar del certamen, grata y sorpresivamente, terminaron invictos empatando todos sus juegos. Uruguay también asombró llegando hasta semifinales, instancia que nadie, ni el más optimista, se hubiera imaginado.
Sin duda alguna, lejos de Messi o cualquier estrella que nunca apareció en el mundial, la figura del torneo terminó siendo el pulpo Paul. Aquel molusco que acertó el resultado de todos los partidos en los que la selección de Alemania jugó, así como en el juego de la gran final, prediciendo al nuevo campeón.
En el partido por la copa, Holanda, traicionando al sutil y agradable estilo de juego que le caracterizaba, se vio claramente superada por una España que nunca dejó de proponer buen futbol. Tocando y tocando por todo el campo, nunca se desesperó y se vio recompensado con el primer título de campeón mundial.


La imagen con la que se queda el revoltoso autor, es con la de la foto de estas deliciosas holandesas transgresoras de la ley.
Habrá que esperar ahora para Brasil 2014.