Un día de t@ntos
Los 14 de febreros en verdad que son geniales. Es el día, más cursi, más meloso, más hipócrita y para acabar pronto, más mamón; pero en su contraparte, neta, que es de lo más divertido.
No más de ver a la gente en esos días previos a la gran fecha, como niños y niñas, van atascando las tiendas de regalos, las dulcerías y cuanto negocio ofrezca en sus lustrosas vitrinas, cualquier clase de artículo u objeto de burda alusión romanticoide, le asombra, al condenado autor, el poder divino, celestial que posee la publicidad y la mercadotecnia en sus arcas atascadas de tanto billete. Ha recibido la luz, ese tiene que ser el camino.
Quizá, puede ser, que algunas parejas, por ahí, en una de esas, puédase escapar de tan mordaz y ácido juicio, del conmovedor autor, vertido sobre sus más nobles endulzados con chocolate blanco sentimientos, que les impulsa a comprar impulsivamente, sola y exclusivamente, con tanto fervor y amor (léase tal cual, según el caso) en esa fecha tan especial, y de verdad sientan algo tan honesta y profundamente como para aflojar el codo con tan singular alegría.
JE, JE, pásensela chido.
Por cierto: gracias por los comentarios (Ghanima). Ya xtrñb esas cosas.
<< Página Principal