martes, enero 31, 2006

Buchez

Sentado, sólo, entre tanta gente, distante a la hora en que demagógicamente aseveraste volver. Nada más le dejaste el tortuoso eterno instante en el que te dejaste ver partir, moviendo todo tu aquello tan bien proporcionado, tan redondito, tan listo para su fálica invitación.
Pecados esperando ser expulsados en tu tremendo contenedor de lujurioso deseo encarnado, no le permiten, al psicodemoniaco autor, usar sus escasas y extraviadas, neuronas, en otra piiinche cosa.
Lo tiene todo planeado, disculpenle, pero se la ha dicho un putero de veces que las cosas así, no siempre resultan, y él insiste, obsesionado con su caótico orden, ni pedo, el sabrá. Piensa aplicar una estrategia que ya quisiera James Bond en sus mejores épocas. (JE, JE).
Ya quiere que regreses, que vuelvas otra vez, que estés de nuevo, acá, en este mismísimo lugar en donde tanto se te extraña.
Besos del más acá para tu más allá.