Me fascina la vecina
Saludos lectores de la estratoznáutica página bloguera de este caótico autor. Y porque finalmente se ha logrado liberar de las frustrantes grabaciones, es tiempo de festejar, ya es fin de semana, la temporada de beisbol acaba de empezar y los Venados hicieron ketsup en los 2 primeros juegos a los Tomateros y se pone muy bien en el estadio. Tal vez vaya en estos días a ver un juego con la vecina, quien tanto le ha insistido al aguerrido autor que le encanta el beis, se considera fanática roja, tiene muchas ganas de ir un día de estos a agarrar cura y además ¡está buenísima la condenanada! Seguro que se merece una atenta invitación a donde quiera.
De ahí nos podríamos ir a cenar o chelear en un bar tranquilo, rico; pasear por la orilla del mar, o ir a pegar el danzin' en un antro de los que acaban de abrir, para empezar a entrar en más confianza con la vecinita. Quien siempre había sido vista por el autor como la niña, hija de la señora de a 3 casas, muy bonita desde chiquita ella, pero hasta ahí, solo eso.
En una de esas encontrásela esperando sensualmente el camión (JE JE), mirola detenidamente con extraña sensación por acercársele intuitivamente a tan atractiva mujer, cuando en eso ella misma dispúsose a saludar a este putrefacto autor, sacándole completamente de sus casillas, y darse cuenta, por sí mismo, lo mucho que ella y sus distinguidos atributos habían crecido.
Ni pedo, Dios nos hace y nosotros tenemos que juntarnos.
Hasta la próxima, gracias por sus comentarios.
De ahí nos podríamos ir a cenar o chelear en un bar tranquilo, rico; pasear por la orilla del mar, o ir a pegar el danzin' en un antro de los que acaban de abrir, para empezar a entrar en más confianza con la vecinita. Quien siempre había sido vista por el autor como la niña, hija de la señora de a 3 casas, muy bonita desde chiquita ella, pero hasta ahí, solo eso.
En una de esas encontrásela esperando sensualmente el camión (JE JE), mirola detenidamente con extraña sensación por acercársele intuitivamente a tan atractiva mujer, cuando en eso ella misma dispúsose a saludar a este putrefacto autor, sacándole completamente de sus casillas, y darse cuenta, por sí mismo, lo mucho que ella y sus distinguidos atributos habían crecido.
Ni pedo, Dios nos hace y nosotros tenemos que juntarnos.
Hasta la próxima, gracias por sus comentarios.
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