domingo, septiembre 11, 2005

Esguince de 2° grado

Acá anda de regreso el autor, dando cuentas un poco del revo0ltoso modo de vida que le tocó andar. Resulta ser, que en días pasados, de hecho, regresando de sus largas e improductivas vacaciones, invitósele a jugar fut con un equipo que recién habían inscrito en unas chanchas que se han construido no hace más de un par de semanas cerca de la cuadra. Así que toda la bola de borrachos estaba muy entusiasmada y dispuesta a tirar patadas con tal de agarrar cura un buen rato.
Todo iba bien, bueno ni tanto, los 2 primeros juegos nos arrimaron tremendas goleadas, pero nos consolaba el hecho de ser apenas el comienzo, nunca habíamos jugado juntos, además el nuevamente deportista autor, tenía varios años sin practicar en forma el arte de echarle patines a la pelota, pero le valió absolutamente madre, con tal de hacerles el paro a sus compas, quien con todo y eso de dio el lujo de meter un par de goles, el segundo si fue muy bueno, golazo, bombeando la bola de frente al portero mostrando una sangre fría y nervios de acero, aguantó hasta que el portero cayó vencido delante a sus pies, pasándole el balón por encima de su incauta sorpresa (pinche vato presumido) buen gol, la verdad. Pero como se había escrito antes, jugamos como nunca y perdimos como siempre.

Se buscaron refuerzos (más todavía), se encontraron los refuerzos, y hasta el tercer juego, funcionaron los refuerzos, ya finalmente pudo ganar el equipo, en esta ocasión el autor goleador no tuvo oportunidad de clavar gol, pero contribuyó fielmente a la causa jugando todos y cada uno de los minutos de juego, la condición física ya le estaba dando para más.
Llegó la hora de jugar ese maldito cuarto partido, 10:05 PM habíamos llegado tarde, el otro equipo ya estaba en la cancha. Viejos conocidos, de la cuadra, nos tocaba jugar contra los otros y eso nos daba tremendo gusto, poder ganarles para tirarles carreta todo lo que venía de la semana, era el clásico de por acá, JEJE.
Empezaba, pitó el arbitro jodido, y movieron la pelota. Se la pasaban uno a otro con cierta seguridad, parecían verse muy confiados. Recuperamos finalmente el esférico (que mamón, pero también así le dicen) y las proyecciones nuestras les hacían daño, tanto que nuevamente estuvo a punto de anotar, no 1, si no en 2 ocasiones. ¡Puta madre! hubiera metido esos 2 pinches goles de menos.
En una de esas que intentaban contragolpear al equipo, el autor con tremenda enjundia y gracia para defender, encontrabase encarando la ola ofensiva de los contrarios, cuando en una movimiento abrupto y repentino quiso girar con tremenda velocidad que se torció el tobillo (sin comentarios) ocasionándole esto un esguince de 2° grado, tremenda bronca por haber salido del partido y recibir la peor goleada hasta hoy, un pinche coraje por que el médico le pronosticó de 4 a 6 semanas de recuperación, lo que significa que con mucha probabilidad para su cumpleaños se la pasará con el pinche pie hinchado todavía; una desesperación bárbara por no poder más de 3 pasos cuando ya está ese punzante dolor regresando al talón. Y peor una, monstruosa sensación de que su tobillo ya no pueda quedar del todo bien . . .
¿Qué pedo con la tuya vida pinche autor de mierda?