martes, agosto 30, 2005

Alcalinas y recargables

El vacacionero autor estaba olvidándose, en cierta medida, de esa sensación que prodúcele en su ánima, provocando en él una fuerte repercusión directamente proporcional en su estado de ánimo. Después del fatídico fin de semana, glorioso celestón domingazo, el lunes cae como balde de agua helada, casi congelada, con escarcha y todo golpeándole la cabezona. A una semana de haber regresada a los deberes escolares, la cosa todavía no agarraba su curso natural, horarios ajustándose, maestros presentándose intentando ser graciosos, acercarse a conocer las chicas de nuevo ingreso, se tenía contar lo bien que a todos nos había ido en las pasadas vacaciones, y por supuesto, dejar muy en claro lo tanto que habíamos extrañado a nuestras actuales compañeras. Cree el autor que todos pasamos por esto en estos durante los primeros días de regreso a la escuela.
Pues que hoy acaban de dar el banderazo de inicio para entregar en ¡8 semanas! (en realidad, el confundido autor no sabe si es poco o suficiente tiempo, pero a veces es muy panchero) el videometrage del que apenas unos meses atrás, encontrábase con su selecto grupo de colaboradores, entregando con muchos apuros golpes bajos el proyecto final, el cual fue aceptado con gran entusiasmo.
Así que no hay más, primero a programar el trabajo, después a repartir responsabilidades y a echarle chingazos, JE JE, se escribe esto muy sencillo, pero casi está seguro el autor gurú, que en el proceso, va a haber sangre. Ni bronca, este día tenía que llegar. Ojala que los demás maestros no se vayan a colgar desde el principio, pero como ha llovido mucho, las densas nubes no se alejan, el que se aleja es el autor y es fecha que no ha ido a verte aún, así que, el decidioso autor tiene que ponerse las pilas en calor.