¿Qué tanto es tantito?
Saludos cordiales; inevitablemente el autor pasa a mantenerse en contacto con sus pocos, pero locos lectores, está de regreso, sorteando algunos obstáculos para finalmente mantenerse constante. Helo aquí.
El pasado sábado 2 de Julio, se llevaron a cabo una serie de conciertos en varios países alrededor del planeta, desde la yanki ciudad de Filadelfia hasta la fría y majestuosa plaza roja de Moscú, pasando por las tierras sudafricanas de Johannesburgo; teniendo como pretexto mediático, la noble intención de llevar a cabo una concientización masiva por medio de la música de los grupos más populares del momento, bueno, quizás eso es lo de menos, debido a que el ahora afamado G8, que no es otra cosa sino una supuesta moderna liga de la justicia mundial quienes toman decisiones, con respecto a sus ambiciosas y egoístas conveniencias, sobre el futuro de sus ricas y poderosas naciones, las cuales arrastran, por consecuencia, a todas los demás países pobres.
No es el primer concierto masivo que se lleva a cabo, tampoco es el primero que se alza con la bandera del altruismo y la concientización social, mucho menos es el primero del que las estrellas musicales del momento, los deportistas famosos, y hollywood se agarran obsesivamente para ponerse la camisa de que son almas caritativas (claro, también puede ser que haya algunas extrañas excepciones) cuando es obvio que no lo son, por el contrario sólo buscan aparecer más tiempo en pantalla, en el ámbito mundial para aprovechar y de paso mostrar su nueva línea de ropa, sus modernos aparatos celulares y/o sus nuevas cirugías plásticas. La verdad es que ya nos la sabemos.
Lo que sí es diferente es el tiempo en el que se hace, en verdad, no es cuento, ni una historia chafa de reality show, la gente en África se está muriendo, neta; y la gente en Latinoamérica, y la gente de Asia en medio oriente, esos líderes globales de mierda, los están exterminando por la desgracia de haber nacido junto al petróleo. Los tiempos están cambiando, los problemas sociales también están cambiando, la tierra está cambiando, ojala que las conciencias de todos nosotros también estén cambiando, y que ese cambio es un verdaderamente con sentido humano. Cada día que pasa la cosa se pone peor, nuestros líderes políticos son cada vez menos sensibles a la problemática social, mientras los principales tópicos en la agenda del G8 sean como hacer que los ricos se hagan más ricos, mientras los pobres nos hacemos más pobres, no nos quedará de otra más seguir en pie de lucha, resistiéndonos a las campañas expansionistas estados neoimperialistas.
Los ataques terroristas son respuesta franca de la realidad que se vive en nuestro mundo global, venganza ancestral por parte de los pueblos históricamente oprimidos, odio de los hijos de las generaciones marcadas, terror impartido como respuesta a los actos de injusticia por lo irresponsabilidad de los gobernantes, masacre en todos los pueblos, las naciones, intolerancia de los gobernantes y líderes contestatarios, indiferencia de parte de la mayoría de las personas. Violencia genera más violencia.
Para la ocasión, el hippiteko autor recuerda un sabio proverbio sesentón que más o menos dice así: No hagamos la guerra, hagamos el amor.
El pasado sábado 2 de Julio, se llevaron a cabo una serie de conciertos en varios países alrededor del planeta, desde la yanki ciudad de Filadelfia hasta la fría y majestuosa plaza roja de Moscú, pasando por las tierras sudafricanas de Johannesburgo; teniendo como pretexto mediático, la noble intención de llevar a cabo una concientización masiva por medio de la música de los grupos más populares del momento, bueno, quizás eso es lo de menos, debido a que el ahora afamado G8, que no es otra cosa sino una supuesta moderna liga de la justicia mundial quienes toman decisiones, con respecto a sus ambiciosas y egoístas conveniencias, sobre el futuro de sus ricas y poderosas naciones, las cuales arrastran, por consecuencia, a todas los demás países pobres.
No es el primer concierto masivo que se lleva a cabo, tampoco es el primero que se alza con la bandera del altruismo y la concientización social, mucho menos es el primero del que las estrellas musicales del momento, los deportistas famosos, y hollywood se agarran obsesivamente para ponerse la camisa de que son almas caritativas (claro, también puede ser que haya algunas extrañas excepciones) cuando es obvio que no lo son, por el contrario sólo buscan aparecer más tiempo en pantalla, en el ámbito mundial para aprovechar y de paso mostrar su nueva línea de ropa, sus modernos aparatos celulares y/o sus nuevas cirugías plásticas. La verdad es que ya nos la sabemos.
Lo que sí es diferente es el tiempo en el que se hace, en verdad, no es cuento, ni una historia chafa de reality show, la gente en África se está muriendo, neta; y la gente en Latinoamérica, y la gente de Asia en medio oriente, esos líderes globales de mierda, los están exterminando por la desgracia de haber nacido junto al petróleo. Los tiempos están cambiando, los problemas sociales también están cambiando, la tierra está cambiando, ojala que las conciencias de todos nosotros también estén cambiando, y que ese cambio es un verdaderamente con sentido humano. Cada día que pasa la cosa se pone peor, nuestros líderes políticos son cada vez menos sensibles a la problemática social, mientras los principales tópicos en la agenda del G8 sean como hacer que los ricos se hagan más ricos, mientras los pobres nos hacemos más pobres, no nos quedará de otra más seguir en pie de lucha, resistiéndonos a las campañas expansionistas estados neoimperialistas.
Los ataques terroristas son respuesta franca de la realidad que se vive en nuestro mundo global, venganza ancestral por parte de los pueblos históricamente oprimidos, odio de los hijos de las generaciones marcadas, terror impartido como respuesta a los actos de injusticia por lo irresponsabilidad de los gobernantes, masacre en todos los pueblos, las naciones, intolerancia de los gobernantes y líderes contestatarios, indiferencia de parte de la mayoría de las personas. Violencia genera más violencia.
Para la ocasión, el hippiteko autor recuerda un sabio proverbio sesentón que más o menos dice así: No hagamos la guerra, hagamos el amor.
Cuídense, nos seguiremos leyendo, Irremediablemente.
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