miércoles, mayo 04, 2005

pOp

Definitivamente a todos y cada uno de los individuos respirantes y transpirantes sobre la faz de este planeta les gustaría ser populares, ser importantes vaya, lograr una total y plena aceptación en ese determinado grupo de personas a las que, en muchas de las ocasiones, obsesivamente, la idea de intentar a llegar ser parte de ellos, se vuelve enfermiza. Claro, así como mantenerse miembro activo dentro de ese mismo valiosísimo conjunto de seres afines en pensamiento, ideología, X, lo que sea, para demostrarles cuan interesados, podemos estar, en sostener ese lazo imprescindible para la efímera estabilidad de la precaria autoestima que por lo general, en esos casos, se suele compartir junto con ellos. Hasta esos tipo(a)s que hacen notar de una manera ermitaña, apática y que'sque antisocial, no tratan otra cosa más que, desesperadamente, gritar a todos los demás: ser populares a toda costa; solo que lo llevan a cabo de una forma no tan obvia como se podría llegar a pensar. Dentro de ese mismo circuito social de antisocialidad se manifiestan comunicando ideas conjuntas de identidad, donde establecen sus propios patrones de popularidad, tan explícita, que hasta los que se puedan llegar a considerar ajenos al mismo, se dan cuenta de los estatus que poseen entre sí. La neta nadie se escapa.
El caótico autor de tan relevantes, enriquecedoras y formadoras líneas, (JE, JE) está en la firme y fiel creencia sobre que el miedo, no, ¿cual miedo?, ¡terror!, a lo que carece de aceptación colectiva, llámese también popularidad, limita a las masas de disfrutar de las demás personas con quienes compartimos en conjunto el mismo espacio, y disfrutarse así mismos abiertamente, que obviamente, esto es lo más grave del asunto. La invitación es a la desinhibición, la desfachatez total, al libre albedrio, la eliminación de prejuicios y así erradicar completamente todo nocivo acto de discriminación está hecha.
Nótese que, parajódicamente, a todo lo que ha venido insistentemente redactando el populacho autor (que es diferente a popular) goza, o sufre, cuestión de enfoques, de una relativa e insana creciente popularidad, a pesar de su consciente nakez, culta vulgaridad y de sus desenfadadas descripciones prosaicas, GRACIAS a todos esos arriesgados, valiosos lectores que sabia y atinadamente comentan sus torcidos relatos de diario andar, que sin ustedes definitivamente el autor ya se habría suicidado arrancándose la mugrosa piel; lo que significa que van por buen camino, se han hecho distinguir de entre los demás y sin duda alguna, mucho más que personas asquerosamente populares, son admirablemente personas valiosas.