miércoles, febrero 23, 2005

Una de esas apasionantes cosas

Con tantas cosas que relatar, y con tan poco tiempo disponible. Porque, aunque no lo parezca, el autor tiene múltiples compromisos que cumplir a lo largo del día, y el agobio, en ocasiones le impide mantener ese frecuente contacto con sus pocos, pero locos, lectores, tal y como le gustaría.
Es de suponer, sin menospreciar la inteligencia de los que con ansiedad acostumbran, sin remordimiento de conciencia, dar lectura a los desquiciados escritos que en estos pantonosos rincones de la red llegan a encontrarse, algo que ya habrán notado del irreverente autor. Se satura constantemente de desbordada pasión.
La secreción mexicana de fútbol está, dentro de unas cuantas horas, a punto de jugar uno de sus más inesperados juegos en los últimos años, en muchos que el autor pueda recordar, intrascendencia elevada a la infinita potencia. Quizá debiera emocionarle el histórico hecho de que el encuentro tendrá lugar, por primera vez, a unos cuantos kilómetros del costeño lugar de residencia del playero autor, en la culichi ciudad capital de este estado. Chale, la verdad es que no, me causa un desinterés tremendo ir a pagarles quiensabecauntoscientosdepesos para aburrirme sentado en una fría butaca, viendo que'sque están jugando fútbol 22 changos cómplices de la abominable avalancha mercadológica que representan como producto de consumo masivo los hediondos juegos amistosos del equipo representativo de la nación.
No aprenden al majestuoso equipo de la Cruz Azul, eso si es brindar espectáculo (JE JE), el sábado pasado tuvieron al Guadalajara de chivita al precipicio, a quienes el empate les resulta de lo más barato, pues la destacada, aunque errática actuación de Chelito y compañía, pudo haber sido merecedora de mejor suerte. No haber obtenido los 3 puntos no desmeritó el baile que les propinaron en su propia casa, sin duda. Y para no fallarle a la costumbre, el próximo sábado, el equipo de la UNAM caerá víctima del buen juego colectivo que los cementeros están llevando a cabo, desquitando la falta de puntería mostrada el partido anterior. Ni bronca, los años azules parecen estar de vuelta.
Sí; el fútbol, ese populacho deporte, es una de esas cosas que, inexplicablemente, al autor le apasiona.
Ya habrá tiempo para más, comuníquense.