lunes, febrero 21, 2005

Mis maestras de francés

El autor tiene un problema. No hace más de 2 meses, al asunto a tratar, sinceramente no era para acongojar a nadie (mucho menos al intrépido autor de este melodrama), pero la situación en cuestión dio un giro de 180° al momento en que ellaK apareció. Conociola con previa y singular libidinosidad. Fue una fugaz y etérea aparición; pues al poco tiempo fue cambiada trágicamente de grupo, nada más que resignarse a tan tirano acto, pudo hacer el inconsolable autor. Muchas negras noches se cuestionó su posible reencuentro, a pesar de la distancia, existían muchas bardas con feroces dovermans por brincar, tal parecía no más que imposible que lo volvieran a hacer.
Al tiempo, mucho tiempo después, de la nada, inesperada y sorpresivamente, aparece al rescate ellaC, tan linda, tan exageradamente plena de simpática belleza, de sonrisa pícara y juguetona, poseedora de enormes, deslumbrantes, encantadores e hipnotizantes ojos. El mártir autor sin ninguna otra opción, tuvo que sucumbir ante su imponente, seductora ternura. Ni más ni menos, el autor, ha caído víctima, otra vez, de tan eficaces artimañas femeninas.
Pensó que un clavo sacaría a otro clavo, ¿quién más que una preciosa maestra de francés pudiera suplantarle, que otra hermosa maestra de francés?. Obviedad, con la cual el cruel y despiadado destino, burlose una vez más de nuestro apasionado autor (JE, JE) y como si no hubiese sido demasiada saña de su parte, el haberle negado de nueva cuenta la continua presencia de su actual blonda predilección; jugole una de esas extrañas pasadas, que pocas veces, después de darle vueltas y vueltas, pueda encontrarse una posible razonable respuesta.
Así ocurrió, el malhumorado destino se lo volvió a hacer, le volvió a quitar a su Julieta, pero cuando todo parecía perdido, ellaK, como el ave fénix, aparece de nuevo para darle clases, sublimes clases y surge de las cenizas para apaciguar la turbulencia.
En estos precisos momentos, la natural pregunta ¡No mames!, ¿Pero qué le sucede al pinche autor de esta perfidia? salta en nuestra confundida mente, ¿o ellaK?, ¿o ellaC?, continuamos cuestionando a lo que nos contesta desde su alejada cercanía: Mmmh ¿ ? ¡las 2!, a huevo.
Baisers pour vous de l'auteur.